- Estoy harto.
+ ¿Por qué?
- Porque sí. Estoy harto de verla, de intentar olvidarme de ella, y cuando al fin lo estoy consiguiendo, vuelve como por arte de magia, y hace que me olvide de todo lo demás menos de ella. Odio no poder besarla, abrazarla, tocarla y sentir que es mía, porque no lo es, porque la perdí y eso... eso me mata. Por dentro soy como un papel muy inflamable, que con el más mínimo calor, arde en llamas.
Odio no poder ser yo mismo, porque se lo ha llevado, se ha llevado todo con ella.
+ Yo te ayudo. Te ayudaré a ser tú mismo, a ser como eras antes de que te enamorases de esa zorra. ¡No entiendo por qué lo hiciste!
- Porque tú, no me querías, y estaba tan locamente enamorado de ti que intenté olvidarte con otra, y veo que no ha sido posible.
+ ¿Cómo?
- Tú eres esa zorra de la que hablas. Eres esa chica que me robó el corazón y que no me lo ha devuelto.
+ Quizás ya sea demasiado tarde para hacerlo, porque me gusta, lo quiero. Te quiero a ti.
- Entonces...
+ Soy tuya, no dejes de sentirlo nunca.